El descuento es una reducción o disminución en el
precio de un objeto o de un servicio.
De este modo, el descuento es presentado como un beneficio para el comprador,
pero para esto no es necesario que el vendedor pierda parte del dinero que ha
invertido en comprar dicho producto para la venta o que el precio con descuento
esté por debajo de sus honorarios por sus servicios prestados.
Desde
tiempos antiguos, las transacciones comerciales han mutado incorporando nuevos
elementos y configurando nuevos tipos de relaciones entre las personas. Si en
un principio, el intercambio de excedentes o trueque era la manera de comprar y
vender alimentos y otros objetos que se necesitaban, luego la invención de la
moneda generó valores de cambio, por el cual cada objeto tenía un valor determinado en la nominación de una
cierta moneda.
Hoy, en un mundo
hiper globalizado y con interacciones electrónicas que permiten desde publicar
una foto en una red social hasta comprar una cámara fotográfica en cualquier
país del mundo, abonando con tarjetas electrónicas (de crédito o de débito) y
recibiendo nuestro producto (o varios) gracias a servicios postales
internacionales.
Sin dudas, esas nuevas relaciones comerciales, generaron
nuevos elementos, y entre ellos, destacamos el descuento.
Esto genera el famoso “sale”, algo
así como una liquidación de productos en épocas claves del año: por ejemplo,
cuando termina el verano, las casas de indumentaria suelen realizar
liquidaciones de colecciones primavera-verano, en vista de que no tararán en
exhibirse en las vidrieras los productos de la colección que pertenece al
otoño-invierno. Así, el comprador puede obtener descuentos determinados para
productos de la colección que, en pocos meses, quedará para el recuerdo.
En la era de los
pagos a crédito, por el cual un producto puede pagarse en hasta decenas de
cuotas, los vendedores exaltan la importancia del pago en efectivo, o en su
defecto, pago electrónico total (débito) ofreciendo importantes descuentos a
los compradores si optan por esta forma de pago y no eligen pagar con tarjetas
de crédito.
Mediante los
descuentos, el comprador puede “ahorrar” una considerable cantidad de dinero,
comprando en comercios que ofrezcan buenas reducciones de precios.

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